Antiflamatorios para gatos

Los antiinflamatorios par gatos son unos productos químicos (también existen antiinflamatorios naturales para gatos aunque no igual de efectivos en todos los casos) que lo que tratan es de reducir la inflamación que se produce en el organismo, en una zona concreta, a causa de una lesión o una patología determinada. Las causas podrían ser muchas. Ahora bien, ¿son los mismos productos que para los humanos? Esta pregunta, aunque parezca muy simple, realmente nos lleva a una respuesta muy importante. ¿Por qué? Porque es cierto que muchos dueños creen que un antiinflamatorio para humanos igualmente serviría para un gato. Nada más equivocado y peligroso para la salud de esta mascota.

Los antiinflamatorios para gatos no pueden ser sustituidos por antiinflamatorios para humanos, ni muchísimo menos. De hecho, es importante saber que esta práctica puede repercutir daños realmente graves para la mascota. NO SE DEBE HACER NUNCA.

Los antiinflamatorios para gatos están diseñados de acuerdo a sus propias características, que no tienen nada que ver con las nuestras. De hecho, estos tratamientos sólo deben y pueden ser recomendados por un profesional veterinario después de que éste haya estudiado la situación de nuestra mascota.

¿Cuál es la mejor forma de usar los antiinflamatorios para gatos?

La mejor forma de utilizar los antiinflamatorios para gatos contempla dos buenas prácticas: usarlos de acuerdo a las instrucciones indicadas por el veterinario y de acuerdo a las indicaciones ofrecidas por el fabricante en el envase.

En cuanto al primer punto, hay que reiterar que los antiinflamatorios para gatos sólo pueden ser recetados por un veterinario y sólo deben ser usados según sus indicaciones. Aunque ya tengas estos productos de algún uso anterior, no vuelvas a usarlos si tu veterinario de confianza no te lo ha indicado. Los medicamentos deben usarse siempre con cautela al igual que cualquier otro producto para la salud, por muy natural que sea. Cualquier cosa que se use mal puede ser perjudicial.

En cuanto al segundo punto, hay ciertas normas que debemos respetar de acuerdo a las indicaciones aportadas por el fabricante. Nos referimos a cuestiones relacionadas con la fecha de caducidad, el lugar idóneo para conservarlo de manera que sus principios activos sigan siendo efectivos y no se alteren, y también cuál es la mejor forma de usarlo.

Otra buena práctica, ya no sólo para los productos para mascotas que tengamos en casa, sino para otros potencialmente peligrosos para la salud, es mantenerlos fuera del alcance de los niños y de otras mascotas que se pueden sentir atraídas por ellos por sus características a modo de evitar incidentes desagradables.

Por último, si notas alguna reacción extraña en tu gato una vez que le administres el antiinflamatorio para gatos, consulta inmediatamente con tu veterinario. Él sabrá indicarte qué es lo que pudiera estar sucediendo y cuál es la mejor manera de proceder.